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Placenta: qué es, funciones y cambios principales

Anonim

La placenta es un órgano formado durante el embarazo cuyo papel principal es promover la comunicación entre la madre y el feto y así garantizar las condiciones ideales para el desarrollo del feto. Las funciones principales de la placenta son:

  • Proporcionar nutrientes y oxígeno al bebé; estimular la producción de hormonas esenciales para el embarazo; proporcionar protección inmunológica al bebé; proteger al bebé contra los impactos en el vientre de la madre; eliminar los desechos producidos por el bebé, como la orina.

La placenta es un órgano fundamental para el desarrollo del bebé, sin embargo, durante el embarazo, pueden ocurrir cambios no deseados en la placenta, lo que conlleva riesgos y complicaciones para la madre.

Como se forma la placenta

La formación de la placenta tan pronto como se produce la implantación en el útero y está formada por células tanto del útero como del bebé. El crecimiento de la placenta es rápido y ya en el tercer trimestre del embarazo es más grande que el bebé. Aproximadamente a las 16 semanas de gestación, la placenta y el bebé son del mismo tamaño, y al final del embarazo, el bebé ya es aproximadamente 6 veces más pesado que la placenta.

La placenta se despeja al momento del parto, ya sea cesárea o natural. Durante el parto normal, la placenta se va espontáneamente después de 4 a 5 contracciones uterinas, que son mucho menos dolorosas que las contracciones uterinas que ocurren durante la partida del bebé.

Cambios placentarios más comunes

Lo ideal es que la placenta permanezca intacta durante todo el embarazo para que el desarrollo del bebé ocurra normalmente. Sin embargo, puede haber algunos cambios en la placenta durante el embarazo que pueden tener consecuencias para la madre y el bebé si no se identifica y no se toman las medidas necesarias. Algunos cambios que pueden afectar la placenta son:

1. Placenta anterior

La placenta previa, también llamada placenta baja, ocurre cuando la placenta se desarrolla parcial o totalmente en la región inferior del útero, lo que puede evitar el parto normal. La placenta previa es común al comienzo del embarazo y no es muy preocupante, porque con el crecimiento del útero durante todo el embarazo, es posible que la placenta se mueva a la ubicación correcta, lo que permite el parto normal.

Sin embargo, cuando la placenta previa persiste hasta el tercer trimestre del embarazo, puede interferir con el desarrollo y el parto del bebé. Este cambio es más frecuente en mujeres que están embarazadas de gemelos, que tienen cicatrices uterinas, que tienen más de 35 años o que han tenido placenta previa.

La aparición de placenta baja se puede percibir a través del sangrado vaginal, es importante consultar al ginecólogo y / o obstetra para hacer el diagnóstico y reducir el riesgo de parto prematuro y complicaciones durante el parto. Vea cómo se realiza el diagnóstico de placenta previa y cómo es el tratamiento.

2. Desprendimiento placentario

El desprendimiento de la placenta corresponde a una situación en la que la placenta se separa de la pared del útero, con sangrado vaginal y cólico abdominal muy severo. Debido a la separación de la placenta, hay una disminución en la cantidad de nutrientes y oxígeno enviados al bebé, lo que interfiere con su desarrollo.

El desprendimiento de la placenta puede ocurrir con mayor frecuencia después de la semana 20 de embarazo y puede resultar en un parto prematuro. Sepa qué hacer si la placenta se desprende.

3. Placenta accreta

La placenta acreta es una situación en la que la placenta tiene una fijación anormal al útero, resistiéndose a salir en el momento del parto. Este problema puede causar hemorragias que requieren una transfusión de sangre y, en los casos más graves, la extirpación completa del útero, además de poner en riesgo la vida de la mujer.

4. Placenta calcificada o envejecida

Es un proceso normal y está relacionado con el grado de desarrollo de la placenta. Este cambio es solo un problema si la placenta se clasifica como grado III antes de las 34 semanas, ya que puede causar una tasa de crecimiento lenta del feto. En general, la mujer no tiene síntomas y el médico identifica este problema en los ultrasonidos de rutina.

5. Infarto placentario o trombosis placentaria

El infarto placentario ocurre cuando hay un vaso sanguíneo obstruido en la placenta, que caracteriza una trombosis y produce una disminución en la cantidad de sangre que llega al bebé. Aunque esta complicación puede causar abortos espontáneos, tampoco puede causar problemas con el embarazo y pasar desapercibida. Verifique qué hacer en caso de trombosis placentaria.

6. ruptura uterina

Es la ruptura de la musculatura uterina durante el embarazo o el parto, lo que puede causar un parto prematuro y la muerte materna o fetal. La ruptura uterina es una complicación rara, tratada con cirugía durante el parto, y sus síntomas son dolor intenso, sangrado vaginal y disminución de los latidos cardíacos fetales.

Para prevenir e identificar cambios en la placenta antes de la aparición de problemas graves, se deben seguir las consultas de rutina con el obstetra y realizar las pruebas de ultrasonido necesarias en cada etapa del embarazo. En casos de sangrado vaginal o dolor uterino severo, se debe consultar a un médico.

Placenta: qué es, funciones y cambios principales