- Causas de las varices esofágicas.
- Síntomas principales
- Como confirmar el diagnóstico
- Opciones de tratamiento
- 1. Remedios
- 2. Endoscopia
- 3. Cirugía
- Alimento para varices esofágicas
Las varices esofágicas ocurren cuando los vasos sanguíneos en el esófago, que es el tubo que conecta la boca con el estómago, se dilatan mucho y pueden causar sangrado a través de la boca. Estas venas varicosas se desarrollan debido al aumento de la presión en la vena principal del hígado, llamada vena porta, y pueden aparecer debido a enfermedades como la cirrosis hepática o la trombosis en el hígado, por ejemplo.
Los síntomas de las várices esofágicas generalmente aparecen cuando los vasos sanguíneos del esófago se rompen, lo que puede provocar vómitos con sangre y heces negras. Sin embargo, incluso si aún no padecen várices esofágicas, las personas que tienen cirrosis hepática y otros problemas hepáticos tienen signos y síntomas como hinchazón del abdomen, falta de aliento o hinchazón excesiva de las piernas.
El diagnóstico de las várices esofágicas se confirma a través de pruebas de sangre e imágenes, como la endoscopia gastrointestinal superior, y el tratamiento indicado por el hepatólogo depende de la gravedad de la enfermedad, y el uso de medicamentos, cirugía o trasplante de hígado generalmente se indica en Casos más graves.
Causas de las varices esofágicas.
Las várices esofágicas aparecen cuando hay una obstrucción del flujo sanguíneo al hígado, lo que aumenta la presión en la vena principal de este órgano, conocida como la vena porta. Este aumento de la presión hace que las venas esofágicas se dilaten debido a la acumulación de sangre, que puede causar sangrado.
Esta afección puede ser causada por varios problemas hepáticos, como exceso de grasa, uso excesivo y continuo de alcohol, hepatitis C o hepatitis B, que es una enfermedad causada por virus y que puede transmitirse por contacto íntimo sin protección o mediante el uso de agujas o cuchillas contaminadas. Esto es lo que debe hacer para prevenir la hepatitis B.
Síntomas principales
Las várices esofágicas aparecen cuando los vasos sanguíneos del esófago se rompen, lo que puede provocar la aparición de:
- Vómitos con sangre; heces negras o negras; mareos; piel amarillenta pálida; sibilancias; debilidad.
En algunos casos más graves, cuando el sangrado de la boca es muy intenso, la persona puede perder el conocimiento debido a la pérdida de sangre y, por lo tanto, es necesario llamar a la ambulancia SAMU, al teléfono 192.
Sin embargo, incluso si una persona aún no tiene várices esofágicas, puede tener otros signos y síntomas de problemas hepáticos que causan várices esofágicas, como hinchazón del abdomen, falta de aliento o hinchazón excesiva de las piernas.
Como confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de varices esofágicas debe ser realizado por un médico general o un hepatólogo a través de análisis de sangre, como recuento sanguíneo, pruebas de función hepática y coagulograma, para verificar el tiempo que le toma al cuerpo detener el sangrado. Vea para qué sirve el coagulograma y cómo se hace.
La endoscopia gastrointestinal superior es un examen que también se usa para confirmar el diagnóstico de varices esofágicas y se realiza mediante la introducción de un tubo delgado y flexible con una pequeña cámara conectada para que sea posible ver la pared del esófago y el estómago. También hay otro tipo de cápsula endoscópica, en la que la persona se traga una pequeña cámara que toma imágenes del esófago, pero es una prueba poco utilizada porque es costosa y no está disponible en todos los hospitales.
Opciones de tratamiento
El tipo de tratamiento utilizado para las venas varicosas en el esófago depende de la gravedad del problema hepático y del tamaño de estas venas varicosas:
1. Remedios
Los remedios más utilizados para las varices esofágicas incluyen:
- Medicamentos betabloqueantes, como el propranolol o el nadolol, que reducen la frecuencia cardíaca y, en consecuencia, reducen la presión dentro de las venas varicosas; Los remedios vasodilatadores esplénicos, como la vasopresina o la somatostatina, que disminuyen drásticamente la presión dentro de las venas varicosas, por lo tanto, son más utilizados en situaciones de hemorragia.
Estos remedios se usan para disminuir el riesgo o para aliviar el sangrado en venas varicosas grandes y, por lo tanto, no curan las várices esofágicas. Por lo tanto, el médico también puede recomendar otras opciones de tratamiento para usar junto con los medicamentos.
2. Endoscopia
La endoscopia para las várices esofágicas, además de ayudar en el diagnóstico, también sirve para mejorar la dilatación de las venas esofágicas, colocando una venda elástica alrededor de las venas varicosas para coagular la sangre en el sitio y reduciendo el riesgo de hemorragia grave.
3. Cirugía
La cirugía para las venas varicosas en el esófago, llamada derivación hepática, se usa principalmente en los casos más graves, en los que no es posible controlar la presión dentro de las venas varicosas solo con medicamentos, y también puede indicarse para detener el sangrado en el esófago.
Alimento para varices esofágicas
El alimento para las varices esofágicas debe ser bajo en grasas y con proteínas fácilmente digeribles, como el pescado, la carne blanca o las verduras, por ejemplo, para facilitar el tratamiento del problema hepático. Vea otros alimentos en la dieta indicada para problemas hepáticos.
Además, debido a la presencia de venas varicosas, es importante tener cuidado con los alimentos como:
- Dar preferencia a alimentos pastosos, como papillas, purés o vitaminas, por ejemplo; Mastique alimentos en pequeñas cantidades a la vez; Evite alimentos muy duros, crujientes o secos, como galletas, frutas secas o coco; No coma alimentos muy calientes, deje que se enfríen durante unos 5 minutos, antes de comer.
Estas precauciones son importantes para prevenir lesiones o ruptura de venas varicosas y, por lo tanto, ayudan a reducir el riesgo de sangrado.