- ¿Cómo debe ser la dieta?
- Alimentos a evitar
- Menú de una dieta para cirrosis
- Cómo controlar la retención de líquidos
- Alimentación para cirrosis hepática avanzada
La cirrosis hepática es una enfermedad en la que el hígado funciona con gran dificultad y puede ser causada por el consumo excesivo de alcohol, hepatitis viral u otras enfermedades. En estas situaciones, una nutrición adecuada es esencial, ya que estas condiciones generalmente se acompañan de una pérdida de peso severa, pérdida de masa muscular, acumulación de líquidos y deficiencia de algunos nutrientes, lo que resulta en desnutrición, lo que puede empeorar la enfermedad.
Los alimentos que se deben consumir en la dieta para tratar la cirrosis son frutas, verduras, granos integrales y carnes bajas en grasa, ya que son alimentos que proporcionan nutrientes esenciales y son fáciles de digerir, no requieren mucho trabajo del hígado para metabolizarse.
El daño hepático causado por la cirrosis no se puede revertir, solo si se realiza un trasplante de hígado, sin embargo, si se identifica temprano y se trata con medicamentos y una dieta adecuada, la evolución de la enfermedad puede retrasarse.
¿Cómo debe ser la dieta?
La dieta para la cirrosis hepática debe tener la cantidad ideal de nutrientes, por lo que es importante que la persona coma de 5 a 6 comidas al día, en pequeñas porciones, especialmente si tiene poco apetito o se siente satisfecho rápidamente.
La dieta debe incluir carbohidratos complejos, grasas buenas y proteínas de alto valor biológico. Inicialmente, se pensó que la dieta debería restringir el consumo de proteínas tanto como sea posible, sin embargo, los estudios actuales han demostrado que el impacto de las proteínas en el desarrollo de la encefalopatía hepática es mínimo, y que las proteínas pueden incluirse en la dieta.
También es importante incluir frutas, verduras y granos integrales en la dieta, como arroz, pasta, pan y harina de trigo integral. El pescado, los huevos, las carnes blancas bajas en grasa y los quesos bajos en grasa y bajos en grasa, como la ricota y la cabaña, por ejemplo, también deben incluirse. El consumo de leche y productos lácteos debe desnatarse y, en el caso de las grasas, el aceite de oliva se puede consumir en pequeñas cantidades, así como semillas y nueces.
Además, si el nutricionista lo considera necesario, puede indicar la suplementación con calcio, vitamina D y otros nutrientes, así como el consumo de una fórmula nutricional para aumentar la cantidad de calorías consumidas.
Alimentos a evitar
Para controlar la cirrosis y evitar que el hígado haga demasiado esfuerzo para metabolizar los alimentos, se recomienda evitar:
- Carne roja; carne seca o ahumada, tocino y despojos; salchichas, como salchichas y salami; leche entera y derivados; quesos amarillos y con alto contenido de grasa, como cheddar, brie, queso feta, parmesano; salsas como mayonesa, ketchup y mostaza; alimentos fritos; Productos enlatados como sardinas, atún y aceitunas; Empanadas, cruasanes, galletas rellenas, refrescos y jugos industrializados; Mantequilla, crema agria y leche condensada; Alimentos congelados como pizzas, nuggets , hamburguesas o lasaña, por ejemplo; Comida rapida
Además, es importante evitar tomar bebidas alcohólicas, ya que podrían empeorar la condición. Además, en algunas personas con cirrosis hepática, puede aparecer intolerancia a algunos alimentos permitidos, lo que podría causar molestias o dolor al consumirlos, especialmente aquellos que causan gases, es importante identificar qué alimentos deben evitarse.
Menú de una dieta para cirrosis
La siguiente tabla muestra un ejemplo de un menú de 3 días para una persona con cirrosis hepática:
Comidas principales | Día 1 | Día 2 | Día 3 |
Desayuno | Yogurt desnatado + pan integral tostado con queso ricotta + y manzana | Zumo de naranja + avena con plátano y fresas en rodajas | Leche descremada + tortilla de huevo y vegetales + 1 mandarina |
Merienda | Plátano en rodajas con avena | Tostadas enteras con aguacate en rodajas y huevo revuelto | Pan integral con requesón, lechuga y tomate |
Almuerzo cena | Ensalada de salmón a la parrilla con puré de camote y zanahoria, guisantes y judías verdes + 1 pera | Pasta integral con salsa de pollo y tomate + lechuga, ensalada de tomate y cebolla + 1 naranja | Pescado al horno con verduras hervidas y papas + 1 manzana |
Refrigerio de la tarde | Gelatina de frutas | Manzana al horno con canela | Yogurt descremado con trozos de fruta |
Las cantidades incluidas en la dieta y la cantidad de líquidos a consumir varían según la gravedad de la enfermedad, la edad y el sexo. Por lo tanto, lo ideal es buscar un nutricionista para que se pueda realizar una evaluación completa y se elabore un plan nutricional adaptado a las necesidades. Además, también es importante recordar que las drogas solo deben consumirse bajo la guía del médico.
Cómo controlar la retención de líquidos
Para controlar la retención de líquidos que normalmente ocurre en la cirrosis y que se llama ascitis, se debe reducir la sal, evitando agregarla a las comidas y consumir alimentos que la contengan en grandes cantidades, como salchichas, salami, cubitos carne, platos preparados, comida rápida, salsa Worcestershire, salsa de soja y productos enlatados.
Como alternativa, se debe dar preferencia al uso de hierbas naturales para sazonar alimentos, como ajo, cebolla, pimiento, perejil, albahaca, cilantro, orégano, entre otros. Además, se recomienda consultar al nutricionista para averiguar si se debe controlar la ingesta de líquidos, ya que dependiendo del grado de ascitis puede ser necesario.
Alimentación para cirrosis hepática avanzada
Cuando la cirrosis hepática se encuentra en una etapa más avanzada, la dieta normalmente debe realizarse en el hospital, ya que es necesario para compensar el déficit nutricional y controlar los cambios metabólicos, que se realiza mediante el análisis de muestras de sangre regulares que permiten evaluar el estado de salud de la persona.
Las personas con cirrosis hepática avanzada generalmente tienen deficiencias de minerales como potasio, magnesio y fósforo, así como vitaminas B, especialmente cuando la cirrosis es de origen alcohólico. En casos de esteatorrea, que corresponden a deposiciones líquidas y grasas, también se pueden observar deficiencias de vitaminas liposolubles (A, D, E y K). Además, también pueden presentar retención de sodio, pérdida de masa muscular e hipoalbuminemia.
Por lo tanto, si la persona tolera la vía oral, los alimentos deben apuntar a la protección del hígado y deben complementarse con vitaminas y minerales. En los casos en que no se tolera la vía oral, la dieta debe administrarse a través de fórmulas nutricionales a través de un tubo nasogástrico o nasoentérico o por vía intravenosa, lo que permite al nutricionista controlar mejor los nutrientes y la cantidad de líquidos que reciben, evitando la sobrecarga de hígado y mejorar el pronóstico y el estado nutricional de la persona.
Estas fórmulas nutricionales son generalmente ricas en aminoácidos de silla ramificada (BCAA) y bajas en aminoácidos aromáticos (AAA). Los BCAA aparentemente evitan que las sustancias tóxicas ingresen al cerebro, disminuyendo el riesgo y empeorando la encefalopatía hepática, evitando la degradación de la masa muscular y pueden ser utilizados como fuente de energía por los músculos, el cerebro, el corazón y el hígado cuando el cuerpo no puede usar glucosa o grasa para generar energía.
Verifique cómo debe ser el tratamiento para la cirrosis hepática.