- Síntomas principales
- Como confirmar el diagnóstico
- ¿Qué causa la hipertensión portal?
- Como se hace el tratamiento
La hipertensión portal es el aumento de la presión en el sistema venoso que lleva sangre de los órganos abdominales al hígado, lo que puede provocar complicaciones como varices esofágicas, hemorragia, bazo agrandado y ascitis, que consiste en hinchazón abdominal.
Por lo general, este tipo de hipertensión ocurre cuando ya hay una lesión o enfermedad en el hígado, como cirrosis o esquistosomiasis, por ejemplo, y, por lo tanto, es más común en pacientes con hígado.
Para reducir la presión en los vasos del hígado es necesario tratar y tratar de curar el problema del hígado, sin embargo, si no es posible, el médico puede recetar medicamentos para tratar de regular la presión y, en los casos más graves, incluso puede recomendar una cirugía, por ejemplo.
Síntomas principales
No siempre es posible identificar los síntomas en un caso de hipertensión portal, sin embargo, las personas que tienen una enfermedad hepática que puede provocar cirrosis tienen un alto riesgo de desarrollar esta afección.
En los casos en que es posible identificar cualquier signo de hipertensión portal, los síntomas más comunes incluyen:
- Vientre hinchado; Varices esofágicas; Vómitos con sangre; Heces muy oscuras y fétidas; Pies y piernas hinchadas; Hemorroides.
En los casos más severos, puede ocurrir confusión mental e incluso desmayos, causados por la llegada de toxinas al cerebro. Pero esta complicación puede ocurrir en cualquier caso de enfermedad hepática grave, ya que el órgano ya no puede filtrar la sangre adecuadamente, y no es necesario que solo esté relacionado con la hipertensión portal.
También es común que las personas que tienen hipertensión portal experimenten ictericia, que es cuando la piel y los ojos se vuelven amarillos, pero este signo aparece como una secuela de la enfermedad hepática.
Como confirmar el diagnóstico
En la mayoría de los casos, el hepatólogo puede identificar un caso de presión arterial alta cuando la persona tiene antecedentes de enfermedad hepática y síntomas como hinchazón del abdomen, venas dilatadas y hemorroides, por ejemplo.
Sin embargo, varias pruebas de laboratorio, como endoscopia, ultrasonido o análisis de sangre, también pueden ser necesarias para confirmar el diagnóstico, especialmente cuando no hay síntomas obvios de hipertensión portal.
¿Qué causa la hipertensión portal?
La hipertensión portal surge cuando hay un obstáculo para la circulación sanguínea en las venas del hígado. Por esta razón, la causa más frecuente es la cirrosis, una afección en la que aparecen cicatrices en el tejido hepático, que dificultan no solo el funcionamiento del órgano, sino también la circulación de la sangre.
Sin embargo, hay otras causas menos comunes, como:
- Trombosis en el bazo o las venas del hígado; esquistosomiasis; fibrosis hepática.
Además, los cambios cardíacos que impiden la circulación sanguínea normal después del hígado también pueden provocar hipertensión. En estos casos, los problemas más comunes son insuficiencia cardíaca derecha, pericarditis constrictiva o síndrome de Budd-Chiari.
Como se hace el tratamiento
La mayoría de los casos de hipertensión portal no tienen cura, ya que tampoco es posible curar la enfermedad subyacente. Sin embargo, es posible controlar los síntomas y prevenir la aparición de complicaciones. Para esto, los principales tipos de tratamiento utilizados incluyen:
- Medicamentos para la presión arterial alta, como nadolol o propranolol: disminuyen la presión en los vasos sanguíneos y, por lo tanto, reducen el riesgo de ruptura de varices esofágicas o hemorroides; Remedios laxantes, principalmente lactulosa: que ayudan a eliminar el exceso de amoníaco y toxinas que se acumulan en el cuerpo, ayudando a combatir la confusión; Terapia endoscópica: se usa principalmente para tratar las varices esofágicas y evitar que se rompan. Cirugía: se puede hacer para desviar parte de la circulación sanguínea del hígado y, por lo tanto, reducir la presión en el sistema portal, o para hacer un trasplante de hígado, por ejemplo.
Además, se recomienda la restricción de sal y el uso de diuréticos, como la furosemida, para controlar la ascitis y prevenir complicaciones renales.
También es importante que la persona con hipertensión portal reciba atención diaria para controlar la enfermedad hepática y prevenir el empeoramiento de la hipertensión y otras complicaciones. Por lo tanto, se recomienda evitar el consumo de bebidas alcohólicas y apostar por una dieta baja en grasas. Vea más sobre qué cuidar cuando tiene una enfermedad hepática.