- Síntomas principales
- ¿Quién está en mayor riesgo?
- Como se hace el tratamiento
- Posibles complicaciones
El síndrome neuroléptico maligno es una reacción grave al uso de medicamentos neurolépticos, como el haloperidol, la olanzapina o la clorpromazina y los antieméticos, como la metoclopramida, la domperidona o la prometazina, por ejemplo, que pueden provocar el bloqueo de la dopamina. Aunque es raro, este síndrome puede poner en peligro la vida si el tratamiento no se inicia rápidamente y, por lo tanto, es necesario conocer los posibles síntomas que surgen después de usar este tipo de medicamento.
Por lo tanto, cuando hay signos como fiebre por encima de los 39 ° C, dificultad para mover las extremidades o agitación extrema, después de usar este tipo de medicamento, se recomienda ir rápidamente al hospital, evaluar el problema, confirmar el diagnóstico y comenzar el tratamiento más adecuado..
Síntomas principales
Los síntomas más comunes del síndrome neuroléptico maligno incluyen:
- Fiebre alta, por encima de 39ºC; sensación de falta de aire; rigidez muscular; latidos cardíacos irregulares y rápidos; dificultad para mover los brazos y las piernas; cambios mentales como confusión, agitación o desmayo; aumento de la sudoración; rigidez muscular, acompañada de temblores; Incontinencia de esfínter; cambios repentinos en la presión arterial.
Estos síntomas pueden aparecer en cualquier persona que sea tratada con medicamentos neurolépticos, pero es más frecuente durante las primeras dos semanas de tratamiento.
En el hospital, además de evaluar los síntomas, el médico también puede ordenar algunas pruebas, como análisis de sangre y / o pruebas de función renal y hepática, para poder llegar al diagnóstico más fácilmente.
¿Quién está en mayor riesgo?
Aunque no es posible predecir quién puede sufrir el síndrome neuroléptico maligno, se sabe que las personas que normalmente experimentan agitación o que toman dosis muy altas de medicamentos neurolépticos tienen más probabilidades de desarrollar el síndrome.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento generalmente se lleva a cabo en el hospital para evaluar la evolución de los síntomas y administrar medicamentos directamente en la vena. Las formas más comunes de tratamiento incluyen:
- Suspensión de la medicación que dio origen al síndrome; Uso de carbón activado: ayuda a reducir la adsorción del medicamento, si la ingestión ha ocurrido recientemente; Suero directamente en la vena: mantiene una hidratación adecuada y regula el nivel de nutrientes en el cuerpo; Remedios relajantes musculares, como Dantrolene: alivian la rigidez muscular causada por la excitación del sistema nervioso; Remedios antipiréticos, como paracetamol o dipirona: disminuyen la temperatura corporal y combaten la fiebre.
Además, el médico también puede utilizar otras técnicas, como la terapia electroconvulsiva o la plasmaféresis, por ejemplo.
Dependiendo del tiempo de desarrollo del síndrome, las complicaciones como la insuficiencia renal o la reducción marcada en el nivel de oxígeno en el cuerpo, por ejemplo, pueden necesitar tratamiento. Vea cómo se trata la insuficiencia renal.
Posibles complicaciones
Cuando el síndrome neuroléptico maligno no se trata adecuadamente o el tratamiento no se inicia a tiempo, pueden surgir varios tipos de complicaciones, como insuficiencia renal, convulsiones, neumonía, insuficiencia hepática o embolia pulmonar. En los casos más graves, aún puede ocurrir un paro respiratorio y cardíaco.