- Síntomas principales
- 1. reacción alérgica
- 2. Aspergilosis pulmonar.
- 3. Aspergilosis invasiva.
- Cómo se hace el diagnóstico
- Cual es el tratamiento
La aspergilosis es una enfermedad infecciosa causada por el hongo Aspergillus fumigatus , que está presente en varios entornos, como el suelo, las pantas, la descomposición y el material de construcción, por ejemplo. De esta manera, las personas están en contacto frecuente con el hongo, pero no todos desarrollan la enfermedad.
La aspergilosis ocurre con mayor frecuencia en personas que tienen un sistema inmunitario comprometido por enfermedades como el VIH y el lupus, por ejemplo, o debido a trasplantes de órganos o al uso de medicamentos que disminuyen la actividad del sistema inmunitario, como corticosteroides, quimioterapia o inmunosupresores.
La ruta principal de infección para Aspergillus es a través de la inhalación, lo que le permite permanecer en los pulmones y provocar síntomas como tos, falta de aliento y fiebre, que pueden empeorar rápidamente y afectar otras partes del cuerpo, como el cerebro, el corazón o riñones, especialmente cuando no se inicia el tratamiento antimicótico.
Síntomas principales
Después de inhalar las esporas de Aspergillus fumigatus , el hongo puede colonizar el tracto respiratorio y permanecer en el cuerpo sin síntomas. Sin embargo, en personas con un sistema inmune comprometido, los síntomas pueden aparecer de acuerdo con el sitio afectado y la gravedad de la infección, y puede haber:
1. reacción alérgica
Ocurre principalmente en personas con antecedentes de enfermedades pulmonares crónicas, como asma o fibrosis quística e incluye signos como:
- Fiebre superior a 38ºC; tos con sangre o flema; sensación de falta de aliento; secreción nasal y dificultad para oler.
Este es el tipo de reacción menos grave y, en la mayoría de los casos, incluso puede tratarse con medicamentos que ya se estaban utilizando para los ataques de asma, por ejemplo. Sin embargo, si sus síntomas empeoran, es muy importante ir al hospital.
2. Aspergilosis pulmonar.
Estos casos también son muy comunes, pero generalmente afectan a personas que no tienen antecedentes de enfermedad pulmonar. Los síntomas incluyen:
- Pérdida de peso; tos persistente; tos con sangre; cansancio excesivo; sensación de falta de aliento.
Si no se trata adecuadamente, la infección pulmonar puede desarrollarse y diseminarse a través de la sangre, llegando a otras partes del cuerpo.
3. Aspergilosis invasiva.
Es el tipo de infección más grave que ocurre cuando el hongo puede multiplicarse en los pulmones y luego propagarse a través de la sangre. Los signos de este tipo de aspergilosis pueden ser:
- Fiebre por encima de 38º C; dolor en el pecho; tos persistente; dolor en las articulaciones; dolor de cabeza; hinchazón de la cara.
Además, este hongo tiene la capacidad de ingresar a los vasos sanguíneos, propagarse más fácilmente y promover el cierre de los vasos, lo que resulta en trombosis.
La aspergilosis invasiva es el tipo más común cuando el sistema inmune es muy débil y, por lo tanto, sus síntomas pueden ser difíciles de identificar, ya que pueden interpretarse como síntomas de la enfermedad que se basan en la disminución de las defensas del cuerpo.
Cómo se hace el diagnóstico
El diagnóstico de aspergilosis se puede realizar mediante el cultivo del tejido infectado, la observación del esputo a través del microscopio o un análisis de sangre con serología que detecta anticuerpos específicos contra este hongo.
Cual es el tratamiento
El tratamiento para la aspergilosis generalmente comienza con la toma de medicamentos antimicóticos, como el itraconazol o la anfotericina B, que ayudan a eliminar el exceso de hongos del cuerpo, ayudando al sistema inmunitario a controlar la infección y aliviar los síntomas.
Sin embargo, el médico también puede recomendar el uso de corticosteroides, como Budesonida o Prednisona, para aliviar los síntomas más rápidamente y mejorar el efecto del antifúngico, especialmente en personas con síntomas muy intensos, como en aquellos con asma, por ejemplo.
En los casos más graves, de aspergilosis invasiva, en la que se puede desarrollar una masa de hongos, el médico puede recomendar cirugía para eliminar los tejidos más afectados y facilitar el efecto de los antifúngicos.
