El síndrome de Couvade, también conocido como embarazo psicológico, no es una enfermedad, sino un conjunto de síntomas que pueden aparecer en los hombres durante el embarazo de su pareja, que expresan psicológicamente el embarazo con sensaciones similares. Los futuros padres pueden aumentar de peso, sufrir náuseas, deseos, episodios de llanto o incluso depresión.
Los síntomas también demuestran la necesidad de que muchos hombres tengan que convertirse en padres, o la fuerte conexión afectiva y emocional con la mujer, que termina transfiriendo al esposo una serie de sensaciones que generalmente se manifiestan solo en la mujer.
El síndrome generalmente no causa trastornos psíquicos, sin embargo, es recomendable buscar un especialista solo cuando la situación se descontrola y comienza a molestar a la pareja y a las personas cercanas a ellos.
Que síntomas
Los síntomas físicos más comunes característicos de este síndrome pueden incluir náuseas, ardor de estómago, dolor abdominal, hinchazón, aumento o disminución del apetito, problemas respiratorios, dolor de espalda y dolor de muelas, calambres en las piernas e irritación genital o urinaria.
Los síntomas psicológicos pueden incluir cambios en el sueño, ansiedad, depresión, disminución del apetito sexual e inquietud.
Causas posibles
Todavía no está claro qué causa este síndrome, pero se cree que puede estar relacionado con la ansiedad del hombre sobre el embarazo y la paternidad, o que es una adaptación inconsciente del cerebro para que el futuro padre pueda relacionarse y aferrarse al bebé.
Este síndrome es más frecuente en hombres que tienen un fuerte deseo de ser padres, que están muy apegados emocionalmente a su pareja embarazada, y si el embarazo está en riesgo, existe una probabilidad aún mayor de manifestar estos síntomas.
Como se hace el tratamiento
Como no se considera una enfermedad, el síndrome de Couvade no tiene un tratamiento específico y los síntomas pueden persistir en los hombres hasta que nazca el bebé. En estos casos, se aconseja a los hombres que intenten relajarse, lo que puede ayudar a aliviar los síntomas.
Si los síntomas son muy intensos y frecuentes, o si se sale de control y comienza a molestar a la pareja y a las personas cercanas a usted, es recomendable consultar a un terapeuta.
