La tos ferina, también conocida como tos prolongada o tos ferina, es una enfermedad respiratoria causada por la bacteria Bordetella pertussis , que causa inflamación en los pulmones y las vías respiratorias. Esta enfermedad ocurre con mayor frecuencia en bebés menores de 1 año y se manifiesta de manera diferente que en niños mayores. Aprenda más sobre la tos ferina.
Debido a que los bebés tienen vías aéreas de menor calibre, es más probable que desarrollen neumonía y sangrado y, por lo tanto, es importante estar al tanto de los primeros síntomas de la enfermedad, como tos persistente, dificultad para respirar y vómitos. Vea cuáles son los síntomas y las posibles complicaciones de la tos ferina.
Síntomas principales
Los síntomas de tos ferina en el bebé generalmente son:
- Tos persistente, especialmente por la noche, que dura de 20 a 30 segundos; Goteo nasal; Ruidos entre episodios de tos; Color azulado en los labios y las uñas del bebé durante la tos.
Además, puede haber fiebre y después de la crisis, el bebé puede liberar una flema espesa y la tos puede ser tan fuerte que provoca vómitos. También sepa qué hacer cuando su bebé tosa.
Tan pronto como aparezcan los primeros síntomas, es importante llevar al bebé al pediatra lo antes posible para que se pueda comenzar el diagnóstico y el tratamiento. Por lo general, el médico puede llegar al diagnóstico de tos ferina solo observando los síntomas y la historia clínica contada por el cuidador del niño, pero, para aclarar dudas, el médico puede solicitar la recolección de secreción nasal o saliva. El material recogido se envía al laboratorio para realizar análisis e identificar el agente causal de la enfermedad.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento de la tos ferina en el bebé se realiza con el uso de antibióticos de acuerdo con la edad del bebé y la guía del pediatra. En los bebés de menos de 1 mes, el antibiótico más recomendado es la azitromicina, mientras que en los niños mayores se recomienda el uso de eritromicina o claritromicina, por ejemplo.
Otra opción de tratamiento, dependiendo de las características de la bacteria, es el uso de la combinación de sulfametoxazol y trimetoprima, sin embargo, estos antibióticos no se recomiendan para bebés menores de 2 meses de edad.
Cómo prevenir la tos ferina en el bebé
La prevención de la tos ferina se realiza mediante la vacunación, que se realiza en cuatro dosis, la primera dosis a los 2 meses de edad. Los bebés con vacunación incompleta no deben permanecer cerca de las personas con tos, especialmente antes de los 6 meses, ya que su sistema inmunológico aún no está preparado para este tipo de infección.
También es importante que a partir de los 4 años, el refuerzo de la vacuna se tome cada 10 años, para que la persona esté protegida contra la infección. Vea para qué sirve la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina.