Las principales consecuencias del útero septado son la dificultad para quedar embarazada y los abortos frecuentes. El útero septado es una alteración congénita, que ocurre cuando el útero está dividido en dos por una 'pared', lo que dificulta el desarrollo del feto y puede causar un aborto.
Esta división del útero puede ser parcial, en el caso del útero septado incompleto, o total, en el caso del útero septado completo, y su diagnóstico puede realizarse a través de exámenes como el ultrasonido, por ejemplo. El tratamiento del útero septado se realiza mediante una cirugía llamada histeroscopia quirúrgica, un procedimiento en el que se extrae la pared que divide el útero en dos y se evita el embarazo.
El útero septado completo está completamente dividido en dos. El útero septado incompleto se divide parcialmente en dosLos síntomas del útero septado
En general, el útero septado no causa síntomas y solo se descubre durante los exámenes de rutina con el ginecólogo o cuando la mujer tiene dificultades para quedar embarazada y tiene abortos espontáneos constantes. Estos abortos ocurren porque el tabique impide la formación adecuada del cordón umbilical, lo que evita que el feto reciba todos los nutrientes necesarios para desarrollarse.
Además, el tabique que divide el útero en dos también evita que el bebé crezca debido a la falta de espacio suficiente en el útero.
Diagnóstico del útero septado
El diagnóstico del útero septado lo realiza el ginecólogo a través de exámenes como ultrasonido, legrado uterino o histerosalpingografía.
A menudo, el útero septado se confunde con el útero bicornuato, que es cuando el útero no está completamente conectado al cuello uterino, y la diferenciación entre estos dos cambios se puede hacer a través de una ecografía 3D o un examen llamado histeroscopia.
Cirugía para útero septado
El tratamiento del útero septado se realiza quitando la pared que divide el útero en dos partes. Esta extracción se realiza mediante una cirugía llamada histeroscopia quirúrgica, donde se inserta un dispositivo a través de la vagina hacia el útero para extraer el tabique. Ver más detalles sobre este procedimiento: histeroscopia quirúrgica.
Este procedimiento se realiza con anestesia general o espinal, dura entre 30 minutos y 1 hora, y la mujer puede irse a casa el día de la cirugía. Sin embargo, es normal que ocurra un sangrado vaginal hasta 6 semanas después de la cirugía, y generalmente es necesario tomar medicamentos para aliviar el dolor y disminuir la inflamación en el útero, además de antibióticos para prevenir infecciones.
Las precauciones que se deben tomar en las 2 semanas posteriores a la cirugía son evitar hacer esfuerzos físicos, como recoger objetos pesados o hacer ejercicio, no tener contacto íntimo y evitar bañarse en la piscina y el mar. En caso de fiebre, dolor, sangrado vaginal abundante o flujo maloliente, busque atención médica.
En general, aproximadamente 8 semanas después de la cirugía, la mujer es reevaluada para verificar el resultado de la cirugía y ser dada de alta para quedar embarazada.