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Placenta acreta: qué es, síntomas, diagnóstico y riesgos

Anonim

La placenta accreta, también conocida como accretismo placentario, es una situación en la que la placenta no se adhiere adecuadamente al útero, lo que dificulta su salida en el momento del parto. Esta situación es una causa importante de complicaciones y muerte posparto, ya que está asociada con un alto riesgo de sangrado.

El accretismo placentario se puede clasificar de acuerdo con la profundidad de implantación de la placenta en el útero en:

  • Placenta accreta simple, en la cual la placenta invade parte del miometrio, que es la capa media del útero; Placenta increta, en la cual la placenta penetra completamente en el miometrio; Placenta percreta, en la cual la placenta puede alcanzar solo los órganos serosos o adyacentes.

Es importante que la placenta acreta se diagnostique durante los exámenes prenatales para que se pueda programar una cesárea seguida de una histerectomía, que generalmente es el tratamiento indicado, y así se evitan complicaciones para la madre y el bebé.

Los síntomas de la placenta acreta

Normalmente, la mujer no experimenta ningún síntoma de cambios en la placenta, por lo que es importante que la mujer realice la atención prenatal correctamente para que se pueda identificar este cambio.

Aunque los signos y síntomas no son frecuentes en estos casos, algunas mujeres pueden experimentar sangrado vaginal leve, sin dolor y sin razón aparente durante el embarazo, y se recomienda que vaya al ginecólogo / obstetra para identificar la causa del sangrado y comenzar el tratamiento..

Cómo se hace el diagnóstico

El diagnóstico de placenta acreta debe realizarse mediante pruebas de imagen, como ultrasonido y resonancia magnética, además de la medición de marcadores sanguíneos que pueden indicar el cambio. Estas pruebas se pueden realizar en el período prenatal y el diagnóstico precoz del acretismo placentario reduce el riesgo de complicaciones para las mujeres. Infórmese sobre otros exámenes prenatales.

La ecografía generalmente está indicada para pacientes considerados de alto riesgo y es una técnica muy segura tanto para la madre como para el bebé. El uso de la resonancia magnética para el diagnóstico de la placenta acreta es controvertido, sin embargo, puede indicarse cuando el resultado del ultrasonido se considera dudoso o no concluyente.

La ecografía para identificar la placenta accreta está más indicada en mujeres que tienen un mayor riesgo de desarrollar este problema, como las mujeres mayores, que se han sometido a cirugía uterina antes, incluida la cesárea, tienen fibromas uterinos o han tenido placenta. anterior, en el cual la placenta se desarrolla parcial o totalmente en la región inferior del útero. Comprenda más sobre la placenta previa y cómo se realiza el tratamiento.

Posibles riesgos

Los riesgos de la placenta acreta están relacionados con el momento en que se identifica la placenta acreta. Cuanto antes se haga el diagnóstico, menor será el riesgo de hemorragia posparto, complicaciones durante el parto, parto prematuro y la necesidad de una cesárea de emergencia.

Además, puede haber infección, los problemas relacionados con la coagulación, la ruptura de la vejiga, la pérdida de fertilidad y, si no se identifican y tratan correctamente, pueden provocar la muerte.

Tratamiento para la placenta acreta

El tratamiento del accretismo placentario puede variar de una mujer a otra, y se puede realizar una cesárea junto con la histerectomía, que es el procedimiento médico en el que se extrae el útero y, según la gravedad, de las estructuras asociadas, como tubos y ovarios.

En algunos casos, puede indicarse un tratamiento conservador para preservar la fertilidad de la mujer, con solo una cesárea y la extracción de la placenta, además de controlar a la mujer después del parto para controlar posibles hemorragias o complicaciones.

Placenta acreta: qué es, síntomas, diagnóstico y riesgos