El síndrome mielodisplásico, o mielodisplasia, corresponde a un grupo de enfermedades caracterizadas por insuficiencia progresiva de la médula ósea, lo que conduce a la producción de células defectuosas o inmaduras que aparecen en el torrente sanguíneo, lo que resulta en anemia, cansancio excesivo, tendencia a infecciones y hemorragias. frecuente, que puede conducir a complicaciones muy graves.
Aunque puede aparecer a cualquier edad, esta enfermedad es más común en personas mayores de 70 años y, en la mayoría de los casos, no se aclaran sus causas, aunque en algunos casos puede surgir como resultado del tratamiento de un cáncer previo con quimioterapia., radioterapia o exposición a productos químicos, como benceno o humo, por ejemplo.
La mielodisplasia generalmente se puede curar con un trasplante de médula ósea, sin embargo, esto no es posible para todos los pacientes, es importante buscar orientación del médico general o hematólogo.
Síntomas principales
La médula ósea es un lugar importante en el cuerpo que produce células sanguíneas, como los glóbulos rojos, que son glóbulos rojos, leucocitos, que son los glóbulos blancos responsables de defender el cuerpo y las plaquetas, que son fundamentales para la coagulación de la sangre. Por lo tanto, su discapacidad produce signos y síntomas como:
- Cansancio excesivo; Palidez; Falta de aliento; Tendencia a infecciones; Fiebre; Sangrado; Aparición de manchas rojas en el cuerpo.
En los casos iniciales, la persona puede no mostrar síntomas y la enfermedad termina siendo descubierta en los exámenes de rutina. Además, la cantidad y la intensidad de los síntomas dependerán de los tipos de células sanguíneas más afectadas por la mielodisplasia y también de la gravedad de cada caso. Aproximadamente 1/3 de los casos de síndrome mielodisplásico pueden progresar a leucemia aguda, que es un tipo de cáncer de células sanguíneas grave. Vea más sobre la leucemia mieloide aguda.
Por lo tanto, no es posible determinar el tiempo de vida de estos pacientes, ya que la enfermedad puede evolucionar muy lentamente, durante décadas, ya que puede evolucionar a una forma grave, con poca respuesta al tratamiento y causar más complicaciones en unos pocos meses. años
Cuales son las causas
La causa del síndrome mielodisplásico no está muy bien establecida, sin embargo, en la mayoría de los casos la enfermedad tiene una causa genética, pero el cambio en el ADN no siempre se encuentra y la enfermedad se clasifica como mielodisplasia primaria. Aunque puede tener una causa genética, la enfermedad no es hereditaria.
El síndrome mielodisplásico también se puede clasificar como secundario cuando surge como resultado de otras situaciones, como intoxicaciones causadas por productos químicos, como quimioterapia, radioterapia, benceno, pesticidas, tabaco, plomo o mercurio, por ejemplo.
Cómo confirmar
Para confirmar el diagnóstico de mielodisplasia, el hematólogo realizará la evaluación clínica y ordenará pruebas como:
- CBC, que determina la cantidad de glóbulos rojos, leucocitos y plaquetas en la sangre; Mielograma, que es el aspirado de médula ósea capaz de evaluar la cantidad y las características de las células en esta ubicación. Comprender cómo se hace el mielograma; Pruebas genéticas e inmunológicas, como cariotipo o inmunofenotipado; Biopsia de médula ósea, que puede proporcionar más información sobre el contenido de médula ósea, especialmente cuando está severamente alterado o sufre otras complicaciones, como infiltraciones de fibrosis; Dosificación de hierro, vitamina B12 y ácido fólico, ya que su deficiencia puede causar cambios en la producción de sangre.
De esta forma, el hematólogo podrá detectar el tipo de mielodisplasia, diferenciarla de otras enfermedades de la médula ósea y determinar mejor el tipo de tratamiento.
Como se hace el tratamiento
La forma principal de tratamiento es el trasplante de médula ósea, que puede conducir a la cura de la enfermedad, sin embargo, no todas las personas están calificadas para este procedimiento, que debe realizarse en personas que no tienen enfermedades que limitan su capacidad física y preferiblemente menores de 65 años.
Otra opción de tratamiento incluye quimioterapia, que generalmente se realiza con medicamentos como Azacitidina y Decitabina, por ejemplo, realizados en ciclos determinados por el hematólogo.
La transfusión de sangre puede ser necesaria en algunos casos, especialmente cuando hay anemia severa o falta de plaquetas que permitan una coagulación sanguínea adecuada. Verifique las indicaciones y cómo se realiza la transfusión de sangre.