- Síntomas en bebés y niños.
- Como confirmar el diagnóstico
- Como se hace el tratamiento
- Posibles causas y cómo evitar
La bronconeumonía es un tipo de infección pulmonar que puede ser causada por virus, hongos o bacterias. Aunque es un tipo de neumonía, además de afectar los alvéolos del pulmón, la bronconeumonía también afecta a los bronquios, que son las vías más grandes a través de las cuales el aire ingresa a los pulmones.
Debido a la inflamación de los bronquios, el aire no puede entrar fácilmente en los pulmones y, por lo tanto, es muy común desarrollar síntomas como falta de aliento severa, piel pálida, labios azulados y sensación de cansancio.
En general, el tratamiento se puede hacer en casa y se inicia con el uso de antibióticos, ya que las bacterias son las principales responsables de la infección, sin embargo, puede ser necesario cambiar el tratamiento si no está funcionando. Por lo tanto, siempre se debe consultar a un neumólogo para hacer el tratamiento más apropiado y evaluarlo con el tiempo.
Síntomas principales
Para identificar si se trata de bronconeumonía, se debe tener en cuenta la aparición de síntomas como:
- Fiebre superior a 38 ºC; Dificultad para respirar y falta de aliento; Cansancio y debilidad muscular; Escalofríos; Tos con flema; Aumento de los latidos cardíacos; Labios y puntas de los dedos azules.
Síntomas en bebés y niños.
En el bebé y el niño, los síntomas pueden ser ligeramente diferentes y generalmente incluyen:
- Fiebre; respiración rápida y ruidosa; flema; cansancio y somnolencia; irritabilidad fácil; dificultad para dormir; falta de apetito.
La bronconeumonía en los bebés es muy común, ya que su sistema inmune aún está subdesarrollado, lo que facilita el desarrollo de bacterias y otros microorganismos que pueden causar este tipo de infecciones. Tan pronto como aparezcan los primeros síntomas, es importante consultar al pediatra de inmediato para evitar que la enfermedad empeore.
Como confirmar el diagnóstico
El diagnóstico de bronconeumonía puede ser realizado por un médico general, un neumólogo o incluso un pediatra, en el caso de los niños. En general, para llegar al diagnóstico, además de evaluar los síntomas, el médico también escucha la respiración con el estetoscopio y puede ordenar otras pruebas, como radiografías de tórax, análisis de sangre, tomografía computarizada o broncoscopia, por ejemplo.
Como se hace el tratamiento
El tratamiento de la bronconeumonía en la mayoría de los casos se puede realizar en el hogar, tomando antibióticos como la ceftriaxona y la azitromicina, que combaten los principales microorganismos responsables de la enfermedad. Además, el médico general o neumólogo también puede recomendar el uso de medicamentos para aliviar y calmar la tos o una dieta líquida para prevenir la deshidratación.
En general, el tratamiento dura un promedio de 14 días y durante ese tiempo se recomienda tomar otras precauciones como:
- Descanse y evite hacer esfuerzos; evite cambios bruscos de temperatura para una recuperación correcta; beba al menos 2 litros de agua; haga nebulizaciones regulares con solución salina; evite fumar o ir a lugares con humo.
Además, para prevenir la transmisión de la enfermedad, también debe cubrirse la boca para toser, lavarse las manos regularmente y evitar ir a lugares públicos y cerrados.
En casos más graves, la bronconeumonía puede conducir a la hospitalización, donde puede ser necesario recibir oxígeno, inyectarse antibióticos y realizar fisioterapia respiratoria, que ayuda a liberar las vías respiratorias.
Cuando aparecen los primeros síntomas de bronconeumonía, es importante acudir a un médico general o neumólogo para que realice una radiografía de tórax y una auscultación pulmonar, de modo que la enfermedad pueda diagnosticarse y pueda iniciarse el tratamiento.
Posibles causas y cómo evitar
La bronconeumonía es causada por varios tipos de hongos, virus y bacterias que pueden transportarse por el aire o pasar a través de objetos y manos. Por lo tanto, algunas formas de evitar contraer la infección incluyen:
- Vacúnese contra la gripe; Lávese las manos regularmente, especialmente antes de comer o tocarse la cara; Evite fumar o lugares frecuentes con mucho humo;
Estas medidas son especialmente importantes para niños y ancianos, así como para personas con sistemas inmunes debilitados por enfermedades como asma, diabetes, lupus o VIH.
