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Trombofilia: síntomas, causas y cómo tratar

Anonim

La trombofilia ocurre cuando la persona es más fácil de formar coágulos de sangre, lo que aumenta el riesgo de complicaciones como trombosis venosa, accidente cerebrovascular o embolia pulmonar, por ejemplo. Por lo tanto, las personas con esta afección generalmente experimentan hinchazón en el cuerpo, inflamación de las piernas o falta de aliento.

Los coágulos formados por la trombofilia surgen porque las enzimas sanguíneas, que hacen la coagulación, dejan de funcionar correctamente. Esto puede ocurrir debido a causas hereditarias, por genética, o puede ocurrir debido a causas adquiridas durante toda la vida, como el embarazo, la obesidad o el cáncer, y las posibilidades también pueden aumentar mediante el uso de medicamentos, como los anticonceptivos orales.

Síntomas principales

La trombofilia aumenta las posibilidades de que se forme trombosis sanguínea y, por lo tanto, pueden surgir síntomas en el caso de complicaciones en alguna parte del cuerpo, como:

  • Trombosis venosa profunda: hinchazón de alguna parte del vidrio, especialmente las piernas, que se inflaman, enrojecen y calientan. Comprender qué es la trombosis y cómo identificarla; Embolia pulmonar: dificultad para respirar severa y dificultad para respirar; Accidente cerebrovascular: pérdida repentina de movimiento, habla o visión, por ejemplo; Trombosis en la placenta o el cordón umbilical: abortos involuntarios recurrentes, parto prematuro y complicaciones en el embarazo, como la eclampsia.

En muchos casos, la persona puede no ser consciente de que tiene trombofilia hasta que aparece una inflamación repentina, abortos frecuentes o complicaciones durante el embarazo. También es común aparecer en personas de edad avanzada, ya que la fragilidad causada por la edad puede facilitar la aparición de síntomas.

¿Qué puede causar trombofilia?

El trastorno de coagulación de la sangre que ocurre en la trombofilia puede adquirirse durante toda la vida, o ser hereditario, transmitirse de padres a hijos a través de la genética. Por lo tanto, las causas principales incluyen:

1. Causas adquiridas

Las principales causas de trombofilia adquirida son:

  • Obesidad; Varices; Fracturas óseas; Embarazo o puerperio; Enfermedad cardíaca, infarto o insuficiencia cardíaca; Diabetes, presión arterial alta o colesterol alto; Uso de medicamentos, como anticonceptivos orales o reemplazo hormonal. Comprender cómo los anticonceptivos pueden aumentar el riesgo de trombosis; Estar postrado en cama durante muchos días, debido a una cirugía o por alguna hospitalización; estar sentado durante mucho tiempo en un viaje en avión o autobús; enfermedades autoinmunes como el lupus, la artritis reumatoide o el síndrome antifosfolípido, por ejemplo; enfermedades causadas por infecciones como el VIH, hepatitis C, sífilis o malaria, por ejemplo; Cáncer.

Las personas que tienen enfermedades que aumentan las posibilidades de trombofilia, como el cáncer, el lupus o el VIH, por ejemplo, deben realizarse un seguimiento a través de análisis de sangre, cada vez que regresan con el médico que realiza el seguimiento. Además, para prevenir la trombosis, es importante tomar medidas preventivas, como controlar la presión arterial, la diabetes y el colesterol, además de no acostarse o pararse en situaciones de viaje durante el embarazo, el puerperio o la hospitalización.

Las mujeres que ya tienen un mayor riesgo de trombofilia deben evitar el uso de anticonceptivos orales, como las que tienen presión arterial alta, diabetes o antecedentes familiares de cambios en la sangre.

2. Causas hereditarias

Las principales causas de trombofilia hereditaria son:

  • Deficiencia de anticoagulantes naturales en el cuerpo, llamados proteína C, proteína S y antitrombina, por ejemplo; Alta concentración del aminoácido homocisteína; Mutaciones en las células formadoras de sangre, como en la mutación del factor V Leiden; Exceso de enzimas sanguíneas que causan coagulación, como el factor VII y el fibrinógeno, por ejemplo.

Aunque la trombofilia hereditaria se transmite por la genética, existen algunas precauciones que se pueden tomar para prevenir la formación de coágulos, que son los mismos que para la trombofilia adquirida. En casos muy graves, el hematólogo puede indicar el uso de remedios anticoagulantes después de evaluar cada caso.

¿Qué exámenes deben hacerse?

Para diagnosticar esta enfermedad, el médico general o el hematólogo deben sospechar de los antecedentes clínicos y familiares de cada persona, sin embargo, se pueden ordenar algunas pruebas como el recuento sanguíneo, los niveles de glucosa y colesterol en la sangre para confirmar e indicar el mejor tratamiento.

Cuando se sospecha trombofilia hereditaria, especialmente cuando los síntomas pueden ser repetitivos, además de estas pruebas, se requieren dosis de enzimas de coagulación de la sangre para evaluar sus niveles.

Como se hace el tratamiento

El tratamiento para la trombofilia se realiza con cuidado para evitar la trombosis, como evitar quedarse quieto durante mucho tiempo en los viajes, tomar medicamentos anticoagulantes durante una estadía en el hospital o después de la cirugía, y principalmente, controlar enfermedades que aumentan el riesgo de coágulos, como la presión arterial alta, diabetes y obesidad, por ejemplo. Solo en casos de enfermedad grave, está indicado el uso continuo de medicamentos anticoagulantes.

Sin embargo, cuando la persona ya tiene síntomas de trombofilia, trombosis venosa profunda o embolia pulmonar, se recomienda usar medicamentos anticoagulantes orales durante algunos meses, como heparina, warfarina o rivaroxabana, por ejemplo. Para las mujeres embarazadas, el tratamiento se realiza con un anticoagulante inyectable, siendo necesario permanecer en el hospital durante unos días.

Descubra qué anticoagulantes son los más utilizados y para qué sirven.

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