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Trasplante de intestino: cuándo hacerlo y cómo recuperarse

Anonim

El trasplante de intestino es un tipo de cirugía en la cual el médico reemplaza el intestino delgado enfermo de una persona con un intestino sano de un donante. En general, este tipo de trasplante es necesario cuando hay un problema grave en el intestino, que impide la absorción correcta de nutrientes o cuando el intestino ya no muestra ningún tipo de movimiento, poniendo en riesgo la vida de la persona.

Este trasplante es más común en niños, debido a malformaciones congénitas, pero también se puede hacer en adultos debido a la enfermedad de Crohn o al cáncer, por ejemplo, solo está contraindicado después de los 60 años de edad, debido al alto riesgo de cirugía.

Cuando es necesario

El trasplante intestinal se realiza cuando hay un problema que impide el funcionamiento adecuado del intestino delgado y, por lo tanto, los nutrientes no se absorben bien.

En general, en estos casos, es posible que la persona sea alimentada a través de nutrición parenteral, que consiste en proporcionar los nutrientes necesarios para la vida a través de la vena. Sin embargo, esto puede no ser una solución para todos, ya que complicaciones como:

  • Insuficiencia hepática causada por la nutrición parenteral; infecciones recurrentes del catéter utilizado para la nutrición parenteral; lesiones en las venas utilizadas para insertar el catéter.

En estos casos, la única forma de mantener una nutrición adecuada es tener un trasplante de intestino delgado sano, de modo que pueda reemplazar la función del enfermo.

Como es hecho

El trasplante intestinal es una cirugía muy compleja que puede durar entre 8 y 10 horas y debe realizarse en un hospital con anestesia general. Durante la cirugía, el médico extrae el intestino afectado y luego coloca el intestino sano en su lugar.

Finalmente, los vasos sanguíneos se conectan al nuevo intestino, y luego el intestino se conecta al estómago. Para finalizar la cirugía, la parte del intestino delgado que debe conectarse al intestino grueso se conecta directamente a la piel del abdomen para crear una ileostomía, donde las heces saldrán a una bolsa atascada en la piel, para que sea más fácil Los médicos evalúan el progreso del trasplante y observan las características de las heces.

¿Cómo es la recuperación del trasplante?

La recuperación después del trasplante intestinal generalmente se inicia en la UCI, para permitir una evaluación constante de cómo se está curando el intestino nuevo y si existe un riesgo de rechazo. Durante este período, es común que el equipo médico lleve a cabo varias pruebas, como análisis de sangre y endoscopias, para garantizar que la curación se realice de manera adecuada.

Si se rechaza el nuevo órgano, el médico puede recetar una dosis más alta de inmunosupresores, que son medicamentos que disminuyen la actividad del sistema inmunitario para evitar que el órgano sea destruido. Sin embargo, si se está curando normalmente, el médico solicitará una transferencia a una sala normal, donde se seguirán administrando analgésicos y medicamentos inmunosupresores en la vena hasta que la curación esté casi completa.

Por lo general, después de aproximadamente 6 semanas después de la cirugía, es posible regresar a casa, pero durante algunas semanas es necesario ir al hospital con frecuencia para hacerse pruebas y continuar evaluando el funcionamiento del intestino nuevo. En casa, será necesario seguir tomando medicamentos inmunosupresores por el resto de su vida.

Causas posibles

Algunas causas que pueden causar un mal funcionamiento intestinal y, en consecuencia, la realización de un trasplante intestinal incluyen:

  • Síndrome de intestino corto; Cáncer de intestino; Enfermedad de Crohn; Síndrome de Gardner; Malformaciones congénitas severas; Isquemia intestinal.

Sin embargo, no todas las personas con estas causas pueden someterse a una cirugía y, por lo tanto, es necesario hacer una evaluación antes de la cirugía en la que el médico ordena varias pruebas, como radiografías, tomografías computarizadas o análisis de sangre. Algunas de las contraindicaciones incluyen cáncer que se ha propagado a otras partes del cuerpo, otras enfermedades graves de salud y mayores de 60 años, por ejemplo.

Trasplante de intestino: cuándo hacerlo y cómo recuperarse