El desprendimiento de la placenta ocurre cuando la placenta se separa de la pared del útero, causando cólicos abdominales severos y sangrado vaginal en mujeres embarazadas durante 20 semanas de gestación.
Esta situación es delicada, ya que puede poner en peligro la salud de la madre y el bebé, por lo que en caso de sospecha, se recomienda ir inmediatamente a la sala de emergencias para ver al obstetra, diagnosticar y tratar esta situación lo antes posible..
Además, si un desprendimiento ocurre temprano en el embarazo, o antes de las 20 semanas, se llama desprendimiento ovular, que tiene síntomas muy similares. Si desea saber más sobre esta situación, vea cómo identificar y qué hacer en caso de desprendimiento ovular.
Que causa
Cualquier mujer embarazada puede desarrollar un desprendimiento placentario, y su causa está asociada con cambios en la circulación sanguínea en la placenta y la inflamación, que puede desencadenarse por:
- Esfuerzo físico intenso; accidente cerebrovascular en la espalda o el vientre; presión arterial alta o preeclampsia; tabaquismo; uso de drogas; ruptura de la bolsa antes de lo esperado; poco líquido amniótico en la bolsa; infección; enfermedades que alteran la coagulación de la sangre.
El desprendimiento de la placenta es una causa importante de sangrado en el tercer trimestre del embarazo, el período en que el feto y la placenta son mayores. Su tratamiento debe comenzarse tan pronto como se sospeche, para reducir el riesgo para la salud del bebé y la madre, debido a las consecuencias del sangrado y la falta de oxígeno.
Como se hace el tratamiento
En caso de sospecha de desprendimiento de la placenta, es aconsejable ir a la sala de emergencias lo antes posible, para que el obstetra comience los procedimientos de diagnóstico y tratamiento. Puede ser necesario que la mujer embarazada sea hospitalizada por un período, en reposo, con el uso de oxígeno y el control de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, además de controlar el sangrado con análisis de sangre.
Para tratar el desprendimiento de la placenta, es importante individualizar cada caso, de acuerdo con el número de semanas de gestación y el estado de salud de la mujer embarazada y el bebé.
Por lo tanto, cuando el feto está maduro, o tiene más de 34 semanas de edad, el obstetra generalmente recomienda anticipar el parto, y se puede realizar un parto normal cuando el desprendimiento es pequeño, pero es necesario tener una cesárea si el desprendimiento es más grave.
Cuando el bebé tiene menos de 34 semanas de embarazo, se debe realizar una evaluación constante hasta que se detenga el sangrado y hasta que se estabilicen sus signos vitales y los del bebé. También se pueden indicar medicamentos para disminuir la contracción del útero.
Otras pautas
Si la madre y el bebé están bien y el sangrado se detiene, la mujer embarazada puede ser dada de alta, con la orientación de algunas precauciones, tales como:
- Evite permanecer de pie más de 2 horas, preferiblemente sentado o acostado con las piernas ligeramente elevadas; No haga ningún esfuerzo como limpiar la casa o cuidar a los niños; Beba al menos 2 litros de agua por día.
Si no es posible estabilizar la afección, puede ser necesario anticipar el parto, incluso en estos casos, para garantizar la salud del bebé y la madre.
Como no es posible predecir cuándo ocurrirá o no el desprendimiento de la placenta, es importante realizar una atención prenatal adecuada, y es posible detectar cualquier cambio en la formación de la placenta por adelantado, lo que permite intervenir lo antes posible. Descubra más para qué sirve la placenta y qué cambios pueden surgir.
Cómo saber si es desprendimiento de placenta
El desprendimiento de la placenta puede causar signos y síntomas, como:
- Dolor abdominal intenso; dolor en la parte baja de la espalda; sangrado vaginal.
Hay casos en los que el sangrado vaginal no está presente, ya que puede ocultarse, es decir, quedar atrapado entre la placenta y el útero.
Además, si el desprendimiento es pequeño o parcial, puede no causar síntomas, pero si es muy grande o completo, la situación es mucho más grave, ya que el sangrado es más intenso, además de cortar la fuente de oxígeno para el bebe
El obstetra realiza el diagnóstico de desprendimiento de la placenta, con base en la historia clínica y el examen físico, además del ultrasonido, que puede detectar hematomas, coágulos, intensidad de sangrado y diferenciarse de otras enfermedades que pueden confundir, como la placenta previa.. Obtenga más información sobre esta otra causa importante de sangrado en mujeres embarazadas y vea qué hacer en caso de una placenta previa.