- Posibles causas
- Cómo identificar el retraso mental
- Principales características del retraso mental.
- Retraso mental leve
- Retraso mental moderado
- Retraso mental severo
- Expectativa de vida
El retraso mental es una afección, generalmente irreversible, que se caracteriza por una capacidad intelectual inferior a la normal con dificultades de aprendizaje y adaptación social, que generalmente está presente desde el nacimiento o que se manifiesta en los primeros años de la infancia.
Posibles causas
En la mayoría de los casos, se desconoce la causa del retraso mental, pero varias afecciones durante el embarazo pueden causar o contribuir al retraso mental del niño, como el uso de ciertas drogas, el consumo excesivo de alcohol, la radioterapia y la desnutrición.
Las dificultades asociadas con el parto prematuro, la lesión cerebral traumática o la concentración muy baja de oxígeno durante el parto también pueden causar retraso mental.
Las anomalías cromosómicas, como en el síndrome de Down, son causas comunes de retraso mental, pero esta condición puede ser consecuencia de otros trastornos hereditarios que pueden corregirse antes de que ocurra el retraso mental, como en el caso de la fenilcetonuria o el cretinismo, por ejemplo.
Cómo identificar el retraso mental
Los grados de retraso mental que se pueden observar a través de una prueba de cociente intelectual (IQ).
Los niños con un coeficiente intelectual de 69 a 84 tienen una discapacidad de aprendizaje, pero no se consideran retrasados mentales, pero aquellos con un retraso mental leve, que tienen un coeficiente intelectual de 52 a 68, aunque tienen una discapacidad de lectura, pueden aprender las habilidades educativas básicas necesarias en el día a día.
Principales características del retraso mental.
El retraso mental se puede clasificar como:
Se caracteriza por un cociente intelectual (IQ) entre 52 y 68.
Los niños con un leve grado de retraso mental pueden alcanzar un nivel de lectura similar al de los niños entre los grados 4 y 6, aprendiendo las habilidades educativas básicas necesarias en su vida diaria.
Estas personas generalmente no tienen defectos físicos obvios, pero pueden tener epilepsia y necesitan supervisión de instituciones educativas especiales. A menudo son inmaduros y poco refinados, con poca capacidad de interacción social. Su línea de pensamiento es muy específica y, en general, no pueden generalizar. Tienen dificultades para adaptarse a nuevas situaciones y pueden tener un juicio pobre, falta de prevención y credulidad excesiva, y son capaces de cometer crímenes impulsivos.
A pesar de la capacidad intelectual limitada, todos los niños con retraso mental pueden beneficiarse de la educación especial.
Se caracteriza por un cociente de inteligencia (IQ) entre 36 y 51.
Son más lentos para aprender a hablar o sentarse, pero si reciben capacitación y apoyo adecuados, los adultos con este grado de retraso mental pueden vivir con cierta independencia. Pero la intensidad del apoyo debe establecerse para cada paciente y, a veces, puede requerir un poco de ayuda poder integrarse.
Se caracteriza por un coeficiente intelectual (IQ) entre 20 y 35.
Como características del retraso mental severo, una discapacidad de aprendizaje puede destacarse incluso en comparación con un niño con un retraso menos intenso, especialmente en los casos en que el coeficiente intelectual es inferior a 19. En estos casos, en general, el niño no puede aprender, hablar o se entiende hasta cierto punto, que siempre requiere un apoyo profesional especializado.
Expectativa de vida
La esperanza de vida de los niños con retraso mental puede ser más corta y parece que cuanto más severo es el retraso mental, menor es la esperanza de vida.